Antonio Naranjo es un concursante de Chef Sierra de Cádiz, que se ha presentado varios años seguidos al concurso, dispuesto a llevarse el título de mejor Chef de la Sierra de Cádiz. Sus platos siempre sorprenden al jurado. Hemos podido disfrutar entre sus elaboraciones de jabalí guisado, manitas rellenas de setas, potaje de garbanzos setas y tagarninas, entre otros.
No en vano, para llegar a ser un maestro de las ollas y sartenes, hay que empezar con la base, caldos y rehogados de toda la vida. Naranjo recuerda que su primer plato que preparó fue «un arroz con pollo y me salió tan bueno que desde ese momento yo me encargaba de cocinarlo todos los años en casa».
Además no se amedrenta con nada y estaría dispuesto a cocinar cualquier ingrediente que le pusiesen por delante. Y estamos seguros de que les sacaría todo su potencial.
A Naranjo le empezó a entrar el gusanillo de la cocina mientras ayudaba a sus padres en la misma. Cuando su padre traía conejos a casa, él siempre estaba dispuesto a echar una mano limpiándolos, y ahí fue aprendiendo poco a poco el valor de los ingredientes de su tierra, el trabajo que cuesta prepararlos y el proceso de elaboración posterior.
Así que tras muchos años en la cocina de su madre, decidió formalizar sus conocimientos y estudiar hostelería y restauración.
Descubrimos a Antonio Naranjo

Chef Sierra es un concurso donde se defiende la vuelta a las tradiciones, a los sabores de siempre, a las elaboraciones y cocinados cuidados y con tiempo de «chup chup». Todos tenemos un plato que cuando lo probamos, nos lleva años atrás y se convierte en uno de nuestros favoritos por todo lo que ese sabor arrastra con él. Para Naranjo, su plato favorito son las sopas tostadas de espárragos, y uno de los motivos es ese mismo, «porque me recuerda y me transporta a estar toda la familia en la temporada de recogida de aceitunas. Siempre preparaban ese plato y nos reuníamos todos juntos alrededor del perol a comer».
El local Rumores, donde trabaja este cocinero, se encuentra ubicado en pleno de centro de Grazalema, un pueblo blanco de la Sierra de Cádiz con gran afluencia de turistas, tanto nacionales como extranjeros. Por ello, Antonio Naranjo lo tiene claro y sabe que el primer plato que les ofrecería a los que visitan por primera vez la villa sería una tabla de quesos tanto de payoya como de oveja merina.
El mismo producto que se llevaría en caso de que se fuese viaje. Su maleta iría cargada de quesos de la Sierra, ya que considera que «es el producto que más nos representa, ya que el clima y la orografía sólo la tenemos nosotros y eso hace que tengamos el mejor queso».
La cocina de Antonio tiene un olor característico, que es el del comino. Esta especia nunca falta entre sus estanterías y lo usa habitualmente en sus comidas ya que «me recuerda a los majados de la cocina de la abuela, y ese olor me trae recuerdos».
El colofón de una buena comida la pone un buen postre, y Naranjo destaca una tarta que realizan en el restaurante Rumores, donde él trabaja. Si visitas el local no te puedes quedar sin probar la tarta de queso de cabra payoya al horno.
Bar cafetería Rumores
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